Visita al comedor social del Carmen de los alumnos de 2º ESO
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El pasado martes, visitó el comedor social del Carmen el último grupo de alumnos de 2º de ESO de este año. En total han sido 153 alumnos los que han tenido la ocasión de participar de esta experiencia educativa a lo largo del año. Transcribimos, a continuación, las palabras de uno de ellos y las imágenes de nuestra despedida… por este curso, porque la experiencia no se interrumpirá y seguiremos adelante el próximo mes de septiembre.
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Hola, yo soy David de 2º ESO B y fui el martes al comedor del Carmen con mucha ilusión y ganas. Me hubiera gustado ir antes y repetir incluso, pero la oportunidad de ir antes la tuvieron otros compañeros que también se lo merecían. A mi esta experiencia me gustó bastante. Cuando llegué, me temblaba todo el cuerpo por mi ignorancia al respecto de este lugar, que desconocía. Me había hecho un pensamiento muy diferente a lo que es en realidad. Al llegar, nos hicieron presentarnos. Yo en ese momento, con los guantes apretados y el delantal puesto, me fijé en todas aquellas personas que posiblemente tendrían más miedo que nosotros al no saber cómo íbamos a reaccionar. Algunas personas a las que repartí la comida me miraban con caras de asombro como diciendo “ustedes que son niños vienen a ayudarnos sin miedo y nos acogen a nosotros, adultos”. Yo podía sentir el sufrimiento de aquellas personas que no me decían nada, pero veía que en su interior nos lo agradecían con todas sus fuerzas y sus ganas. Por un momento me pareció ver allí a un amigo mío que me decía: “¿no te das cuenta que un día tienes mucho y al día siguiente nada?”. Es asombroso, se me paró el corazón. También vi a un hombre que me despertó mucho la curiosidad. Fue como si mirase más allá de su rostro descuidado y me reflejara en él, como si me colocara en su cuerpo, y me encontré en esa situación. Descubrí lo mal que lo tienen que pasar, por ejemplo si eres médico y todo el mundo te saluda y de repente de un día para otro lo pierdes todo y empiezan a mirarte con desprecio, como si fueras un desecho de persona. Pero a pesar de todo, esta gente sigue adelante con fuerzas y para mi es admirable el que llega a ser médico con gran esfuerzo, pero también el que acepta que lo ha perdido todo, se levanta y sigue adelante con ganas, día a día, junto con otras personas que están en esas condiciones y unen los codos y siguen. Y no lo hacen por nadie más, sino por sí mismos, porque se lo merecen. Yo me quito el sombrero ante ellos y les mando un aplaudo. Ya me gustaría tener a mi esas ganas y esa fuerza de superación y de voluntad.
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