Hoy ha tocado madrugar: toque de diana a las 7:20 para desayunar y partir rumbo a Vic, ciudad donde se encuentran los restos mortales de San Antonio María Claret. Llegamos dos horas más tarde de lo previsto debido a la avería de una de las guaguas, pero finalmente pudimos realizar las dos visitas programadas: Iglesia y museo. Al igual que en Sallent, la comunidad de claretianos nos acogió con mucha hospitalidad e hicieron de nuestros guías a lo largo de los recorridos. En el museo, descubrimos nuevas anécdotas y datos de la vida del Padrito, al mismo tiempo que pudimos ver algunos enseres personales del santo. En la iglesia, especialmente sentida, fue la oración en la cripta donde se encuentran los restos mortales del Fundador. Al final de la visita, el P. Juanjo dirigió una oración en la que resaltábamos las características y rasgos de un alumno claretiano. Cantando todos juntos el himno a San Antonio María Claret, nos despedíamos de Vic. De regreso al hotel, las fuerzas iban mermando y brotó en muchos de nosotros algún que otro sueñecillo. El bufet de la cena nos compensa el gasto energético del día. Un ratito de discoteca y a preparar las maletas que este viaje se va acabando y mañana será nuestro último día… Visitaremos el Camp Nou y el CosmoCaixa. Aún no lo hemos vivido, pero seguro que terminaremos con la sensación de que ha sabido a poco. Nos queda en el recuerdo, más allá de los momentos lúdicos y divertidos, el haber conocido el pueblo natal del Padrito y el lugar donde se fundó la Congregación. Ha sido para todos una experiencia que guardaremos entre nuestros mejores recuerdos escolares.