Rabadán8 de enero de 2019

Experiencia transformadora en Gambia

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Uno de nuestros alumnos de 3ºESO, Irian Santana, ha viajado a finales de este 2018 a Gambia con la finalidad de echar una mano a los habitantes de ese país. Sin embargo, como él mismo cuenta, la experiencia le ha cambiado la perspectiva que tiene sobre África así como sobre sí mismo y la sociedad en la que vivimos. Es mucho mejor leer su propio testimonio:

 

Recientemente he tenido la oportunidad de visitar Gambia. Era un viaje con propósito de ayuda humanitaria, pero en realidad creo que yo he recibido también una gran ayuda. Sobre todo, para aprender a valorar las cosas que tenemos. Con este escrito quiero transmitir un mensaje de ánimo para que también otros se animen a conocer el otro lado del mundo y no pensar solo en nuestro alrededor. 

 

Me sorprendió mucho ver que la gente no me pedía dinero, sino apoyo y respeto. Era suficiente cogerles de la mano y compartir así la amistad. La verdad es que durante esa semana me he sentido muy acogido y valorado por ellos. Para nada he visto ese supuesto peligro del que se habla respecto a África. Ellos repetían mucho la mítica frase “en Gambia no pasa nada”, y es verdad. Durante los días que estuve allí, tenía muchos exámenes en el colegio y por eso me fui bastante preocupado. Pero ellos me hicieron olvidar todos los problemas. Al revés, me di cuenta de que nosotros tenemos varias oportunidades en la vida, como la de asistir al colegio, pero muchas veces no las sabemos aprovechar. Además, he comprendido que somos bastante egoístas porque siempre queremos que nos den más, mientras que ellos sin tener casi nada, saben ser felices sin necesidad de muchas cosas. 
 
El viaje me ha enseñado una serie de valores que nadie me va a enseñar. Es cierto que he visto mucha pobreza, pero me llevo muchos aspectos positivos. Por ejemplo, las ganas tan grandes que tienen de estudiar, y que son como una familia: si alguien esta mal, todos se preocupan. También me sorprendió la calma que tienen en la carretera. Si hay un adelanto, nadie se queja y no tienen estrés. Es verdad que al regreso he tenido que recuperar los exámenes atrasados y he estado un poco agobiado, pero repetiría la experiencia mil veces, porque ellos me han cambiado como persona. Pensaba que iba a encontrarme con gente peligrosa y malvada, pero la verdad es que te tratan muy bien y se merecen una buena vida como la nuestra, y ser tratados como uno mas.
 
 
 

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