Tamaraceite2 de febrero de 2016

DEFENDIENDO LA DIGNIDAD DE TODO SER HUMANO

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En la asignatura de Educación para la Ciudadanía, los alumnos han reflexionado sobre el progresivo despertar de la conciencia de igualdad y respeto entre los seres humanos a lo largo de la historia de la humanidad. A tal fin, han entrado en contacto con episodios dramáticos de cruel violación de la dignidad del ser humano, para, desde ahí, apostar por una nueva cultura de la acogida recíproca, comunión e integración de los más débiles. Algunos se han identificado con la historia de los esclavos afroamericanos tan profundamente que han enviado mensajes desgarradores, súplicas de socorro que, paradójicamente, resultan de gran actualidad. A continuación, pueden leer una muestra de ese trabajo a cargo de la alumna Patricia González Marrero, de 2º de ESO.
 

“Nueva Orleáns, Febrero 1850

            Queridos amigos, soy Patri, una esclava de las plantaciones de algodón de Nueva Orleáns. Les escribo porque sé que ustedes me pueden ayudar a salir de este infierno. Hace tiempo ya que vivo en esclavitud, y todo por el color de mi piel. Me secuestraron a traición y me trajeron a la fuerza a esta plantación, donde paso muchas horas de duro trabajo cada día. Mi amo dice que tengo que recoger muchos kilos de algodón. Si no lo hago, me castiga, pero no un castigo normal: latigazos, muchos latigazos, cien o ciento cincuenta, depende del amo, un castigo horrible, lleno de sufrimiento. Por desgracia los he recibido bastantes veces.

No soy la única esclava del amo, somos muchos aquí los negros de su propiedad. Hubo un tiempo en que un chico blanco trabajó con nosotros, pero la diferencia fue brutal. A él le respetaban, pero con nosotros, los derechos humanos no existen, nos tratan como animales. Sueño con mi antigua vida, quiero ver a mis hijos y a mi marido, pues apenas recuerdo ya las dulces voces de los pequeños. ¿Cómo estarán ahora?, ¿qué será de sus vidas? Antes de venir aquí yo era una mujer libre, podía moverme y organizarme libremente. Pero ahora…

            Aquí hasta abusan de nosotros, nos usan como juguetes, tanto que estamos verdaderamente aterrorizados, desesperados. Cada día es un drama. Y a mí ya me van faltando las fuerzas, me angustia pensar que tal vez nunca más seré libre. ¿Qué será de nosotros? Pero aun me queda una pequeña esperanza: sé que ustedes no se olvidan de mí, sé que harán algo para encontrar una salida. La esperanza es lo último que se pierde, y mi futuro, nuestro futuro, está en sus manos. En ustedes y en su generosidad pongo mi confianza. Atentamente”

Patri González Marrero 2º ESO D

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