Noticias31 de julio de 2015

CAMPAMENTO CLARET SEGOVIA 2015. DÍA 30.

Amanece el último día completo que pasaremos en el Campamento de “El Alto del León”, en San Rafael-El Espinar, Segovia. Por tanto ya es un día de despedidas, y de últimas actividades en los cursos para aumentar, si cabe aún más, los recuerdos y vivencias que nos llevaremos a casa mañana, y que tarden mucho más tiempo en borrarse de nuestro corazón.

Con la emoción del último Fuego de los de 2º empezaron las despedidas del Campamento. Sobre todo cuando nombran a todos los que fueron sus monitores en estos cinco o seis campamentos desde León 2010 y 2011, a Salamanca 2012 y 2013, Burgos 2014 hasta hoy. Monitores que vuelven por unos momentos a estar con nosotros en este entrañable momento.

Nos espera, pues, un día cargado de ilusión y de pena a la vez; de agotar la última gota de energía con nuestros compañeros, que tal vez volveremos a ver el año que viene,… o no, combinado con las ganas de volver al calor de nuestras casas, y recuperar cosas que creíamos olvidadas y que dejamos aparcadas en nuestras casas para vivir otras en una caseta naranja.

Si quiere ver las fotos pinche en este enlace.

Hoy la Oración versó sobre la Fraternidad entre los hombres, con el lema: “Formamos un grupo unido. Nada romperá la relación que hemos forjado”. Como le gusta decir a nuestro director: “Vivir el campamento, como si fuera el PRIMERO, como si fuera el ÚLTIMO, como si fuera el ÚNICO”.

No sabemos si habrá otro Campamento el año que viene, y tampoco si estaremos ahí. Lo que importa es lo que hemos cargado en nuestra mente y nuestro corazón. Las fotos y los recuerdos que nos llevamos todos los años se miran estos días más que en otras fechas del año.

En días como hoy se siente la PRESENCIA de los que han hecho posibles anteriores campamentos, y sabemos que, aunque en la distancia, disfrutan de nuestro 35º Campamento Claret Segovia 2015.

Como es tradición, se celebra hoy la Olimpiada donde todos los cursos participan en distintas pruebas, con el espíritu olímpico siempre presente. Antes el P. Esteban “leyó” su pregón, con arengas a la unidad, solidaridad y sacrificio, mientras los cursos de Acampados, vestidos con los colores olímpicos, desfilaban hasta el mástil, escoltados por los Animadores, y finalmente los relevistas, los más pequeños de cada curso, se relevaban con la antorcha para encender el pebetero.

Por la tarde, recogida de las instalaciones, casetas,… Después de la cena, llega la última noche, (de Lágrimas, claro) con entrega de medallas en todos los cursos por parte de sus Monitores a todos los Acampados, no por sus méritos deportivos, sino por el campamento que cada uno ha realizado y por el que todos, sin excepción, reciben este metal que todos guardaremos como el recuerdo más preciado de un Campamento que nuca será igual a los que estén por venir.

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