Hoy hemos madrugado para nuestro viaje a Vic. Nos costó levantarnos porque la adrenalina descargada en estos últimos días se nota en el cuerpo, pero seguimos llenos de ilusión por conocer los lugares por donde pasó el Padrito Claret. 

La comunidad claretiana nos acogió, como siempre, con mucho cariño y  con los brazos abiertos. Nos hicieron de guía explicándonos el museo que refleja la etapa de Claret como misionero y sacerdote, los alrededores de Vic, la catedral y la cripta  donde pudimos celebrar nuestra eucaristía y seguir dando gracias por este gran viaje. Comimos en el patio de la residencia y disfrutamos de un rato libre en la plaza de Vic. Regresamos a nuestra última noche en Salou celebrándolo con una fiesta de pijama en la discoteca. ¡Qué no se acabe esta semana!