Nuestro primer día en Tánger, para vivir la experiencia misionera. Después de tanto tiempo preparándonos y soñando con este momento ya estamos aquí. Un largo viaje por aire, tierra y mar, pasando por Sevilla, para llegar a la ciudad de Tánger y envolvernos en todo este ambiente distinto de bullicio y contrastes. Una vez instalados en el Hogar Lerchundi, y después de descargar la cantidad de ropas de bebé y material deportivo donado por la Asociación Deportiva Claret, hemos dado un paseo por los lugares donde a partir de mañana iremos a ofrecer nuestra ayuda y dejarnos llenar. Al final de la tarde celebramos la eucaristía, donde nos ofrecimos a “tener olor a oveja – a compromiso”, como dice el Papa Francisco. No faltaron nuestras oraciones y acción de gracias, por los compañeros y familiares y para poner ante Dios este regalo de poder estar aquí y vivir esta experiencia. Todos estamos muy contentos y deseando comenzar mañana a darlo todo y conocer a la gente de aquí. 

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